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Fomentar la resolución de problemas

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Fomentar la resolución de problemas - Familia Monti

"Nunca ayudes a un niño con una tarea en la que sienta que puede tener éxito". - María Montessori

Esta cita dice mucho sobre el objetivo último de la educación Montessori: niños independientes que triunfen en el mundo real.

Desgraciadamente, a menudo vemos a padres que quieren resolver todos los problemas de sus hijos por ellos. En el fondo, al adoptar este enfoque están haciendo una concesión: cuando se apresuran a resolver un problema o a hacer algo por su hijo, le están aliviando de cualquier molestia.

Pero, a largo plazo, impiden que el niño resuelva un problema y, en última instancia, no le dan las herramientas que necesita para convertirse en un adulto independiente y con éxito que se enfrentará a problemas aún más complejos en el futuro.

 

A continuación se presentan algunas herramientas para ayudar a los niños a resolver sus propios problemas. 

 

1- Fomentar la resolución de problemas cuando....

Percibe que su hijo sabe que hay un error.

Es tan fácil decirle a un niño lo que está mal y señalarle el error: como las veces que puedes ver su frustración cuando se equivoca en un ejercicio de matemáticas: sabes exactamente dónde está el error y es bastante automático para el padre querer decirle al niño dónde está el error. 


Pero interferir y decirles lo que está mal es hacerles un flaco favor, porque no necesitan tomarse su tiempo ni resolverlo por sí mismos. La solución ideal es simplemente señalar un error al niño que lo ha cometido, y él resolverá dónde está el problema por sí mismo.

Así que utilice este tipo de preguntas cuando vea que su hijo tiene dificultades:
  • "¿Cuáles han sido los pasos para resolver este ejercicio?".
  • "¿Dónde crees que está el problema?"
  • "¿Qué otras ideas tienes para resolver este problema?".
  • "¿Quieres intentarlo de nuevo?"
  • "¿Puede contarme cómo resolvió este problema?".

Preguntas como ésta ayudan a los niños a verse a sí mismos como personas capaces de resolver sus propios problemas. Cuando oigan estas frases con frecuencia, les resultará natural tener esta mentalidad de resolución de problemas.

 

A veces, estas preguntas no permiten a los niños encontrar la solución. Cuando esto ocurra, hazles preguntas más específicas sobre el problema en sí para guiarles hacia la respuesta correcta. Esto refuerza la confianza de los niños haciéndoles saber que siempre han sido capaces de resolver el problema y que no se les ha dicho cómo hacerlo.

 

2- Acuden a ti con un problema y esperan que lo resuelvas.

"Este niño se porta mal conmigo". "He roto un plato" "No encuentro la solución a este ejercicio"... si eres padre, estás acostumbrado a escuchar estos "gritos de auxilio". Aquí tienes una frase que marca la diferencia:
  • ¿Cómo puedo ayudarle a resolver este problema?

Esta pregunta por sí sola le hace pensar en cómo se puede resolver el problema y si yo, el padre, puedo hacer algo para ayudarle a resolverlo. 


Sin embargo, si esto es nuevo para ti o si notas que tu hijo tiene dificultades, intenta sugerirle algunas posibles soluciones y deja que elija entre estas opciones. Pero esta pregunta crucial muestra al niño que siempre hay muchas formas de resolver un problema y le permite sopesar los pros y los contras de estas soluciones para encontrar la que más le conviene.

3- Los niños necesitan habilidades para afrontar los conflictos con sus compañeros.

He aquí dos excelentes herramientas que los niños pueden utilizar cuando tienen problemas con sus compañeros: la Rueda de la Paz y la Rueda de la Resolución.

   

El objetivo es que los niños utilicen estas herramientas por sí solos para resolver sus conflictos. De este modo, rara vez tendrás que intervenir. Enséñales a utilizarlas con eficacia. 

 

Fomente el debate y el intercambio, y apártese cuando los niños utilicen las herramientas por primera vez para poder intervenir si es necesario. Cuanto más tiempo dedique a utilizar las herramientas de forma eficaz, más se beneficiarán sus hijos (¡y usted!) si son capaces de utilizarlas de forma autónoma.


Cuando podemos dar a los niños todas estas herramientas para ayudarles a darse cuenta de que tienen la capacidad de resolver problemas por sí mismos, realmente les ponemos en el buen camino para afrontar los obstáculos de la vida y ganar confianza en sí mismos en el proceso. 

Amar es compartir